¿Las propinas generan impuestos?
En muchos empleos, los trabajadores reciben propinas además de su salario. Estas propinas son dinero que los clientes aportan voluntariamente por los servicios. La propina no es obligatoria, pero muchas personas que participan en trabajo formal e informal cuentan con esta aportación para subsistir y son parte de sus ingresos, a lo que lleva al cuestionamiento de si se deben pagar impuestos por recibir propinas o no.
Primeramente, debemos entender que los impuestos son cuotas que le pagan las personas al Estado; con éstas se soportan los gastos públicos y son pagos obligatorios. No todas las personas pagan la misma cantidad de impuestos, ya que hay muchos factores y variables que se deben tener en consideración. Provienen de muchas cosas; se pueden pagar por los ingresos, entre otros servicios y bienes. Los impuestos que pagas se utilizan para distintas cosas como necesidades colectivas, servicios, administración pública, infraestructura, programas sociales, entre otros. Todas las personas, ya sean físicas o morales, deben de cumplir con sus obligaciones fiscales y pagar los impuestos que les corresponden.
Entonces, ¿se cobran impuestos en las propinas?
De acuerdo con una publicación del SAT, las propinas percibidas siempre se han considerado parte del salario de las personas que trabajan en hoteles, casas de asistencia, restaurantes, fondas, cafés bares y otros establecimientos, “por lo que deben ser consideradas por el empleador para el cálculo y retención del Impuesto Sobre la Renta”.
Asimismo, dicha instancia explica que desde 1993 la autoridad hacendaria analizó esta situación y lo dio a conocer a través de un oficio. Según lo que establece la Ley del ISR, las propinas de los trabajadores deben ser consideradas por el empleador para poder calcular la retención de este impuesto.
Sin embargo, por su parte, la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon) considera que las propinas son una gratificación voluntaria y no existe obligación del empleador para retener esos impuestos, ya que esos ingresos no derivan de la relación laboral, sino de terceros ajenos a la empresa al trabajador.
Y es que, a pesar de que el SAT sí considera las propinas como un ingreso del trabajador, esto no significa que necesariamente se deben fiscalizar. Dependiendo de cuál sea el fin, las propinas son tomadas en cuenta de forma distinta para diferentes ámbitos.
Con información de El Financiero y La Silla Rota