De niños emprendedores a futuros empresarios

Para ser emprendedor la edad es lo que menos importa, el deseo de triunfar y trascender deben ser los mejores incentivos para alcanzar el éxito. Para muestra sólo hay que mirar los proyectos de algunos niños empresarios inscritos en el curso de verano Business Kid, en donde los pequeños aprenden a emprender mediante el juego.

Los casos de éxito de estos niños, no mayores a 14 años, empezaron con la ayuda de sus padres, los cuales vieron en el emprendimiento un escaparate para que sus hijos modificaran la percepción del mundo de los negocios y la adoptaran como un medio de trabajo lleno de recompensas.

En la Semana del Emprendedor, Business Kid tuvo un espacio dedicado exclusivamente a promocionar los mejores proyectos de estos pequeños empresarios. Uno de los proyectos más destacados fue “Luna de Gato”, idea de una pequeña llamada Larissa, quien supo combinar sus dos pasiones: la protección de los animales y el diseño de modas en un negocio en donde diseña, elabora y decora pulseras con dibujos.

“Son dibujos que hice hace mucho y recuperé, mi logo está inspirado en mi gata que se llama Agata”. En cuanto a su experiencia como emprendedora respondió “me siento muy bien, siento que estoy creando, me gusta ganar dinero, seguir trabajando y hacer lo que me gusta, porque es mejor tener tu empresa y hacer algo que en verdad te gusta a ser un empleado y ahí quedarte sin hacer nada”.

Por otro lado y demostrando que los negocios no están peleados con los sueños, la “Joyería Mbali Valeria”, de Valeria Ordóñez, es un negocio que ofrece joyería hecha a mano con hilos, dijes y joyas de fantasía con diseños inspirados en una bailarina irlandesa; y de acuerdo con la pequeña empresaria este proyecto servirá para financiar su verdadero sueño que es ser cantante.

“Yo quiero hacer muchas cosas de grande y me decía ‘¿qué voy a vender si quiero ser cantante?’ y entonces dije ‘voy a hacer algo fácil que yo pueda hacerlo’ y así decidí hacer joyería”. Además agregó “ser emprendedor es bueno porque aprendes a vender, sobre todo para los niños, pues vas a saber vender cuando seas mayor”.

Por último, pero no menos importante está el proyecto de Sofia Sánchez, un negocio de cupcakes que según la pequeña su secreto está en combinar bien la mantequilla, los huevos, el saborizante y la leche en medidas exactas. El proyecto de Sofia nació para obtener sus propias ganancias y tener cosas adquiridas con su dinero y “no estar pidiendo domingo a cada rato”.

Arturo Cardoso | www.elempresario.mx